Ocho años hubo que esperar para el debut oficial, su Ópera Prima.
A pantalla gigante en el Cine Arte Alameda, un recordado 28 de septiembre de 2007 se comienza a rodar por fin la historia oficial del GUACHU.
Fueron 8 años y 10 días de ensayos, pruebas, conocimiento y preparación para mostrar - a lo grande - su primera producción: ESTAMOS TODOS EN LA TRAMPA!.
El espacio se hizo chico. El calor de la gente se comenzaba a sentir ya desde los entornos del local escogido para la presentación. Minutos antes, los integrantes de la banda estaban ansiosos y tensos: cuánto tiempo esperaron por aquel día, cuánto tiempo esperamos todos por aquella noche!!
Rostros! y la locura se desató. La hinchada baila y canta. Salta! Los nervios desaparecieron dando paso a la euforia de todos quienes seguimos a Guachupé desde su comienzo.
Las luces iluminaban el escenario: instantaneas del pasado y el brillo del futuro. Potente puesta en escena. Veintidos temas que nos dejaron con gusto a poco, pero que sabemos que pueden ser mil más y nunca estaremos hartos de escucharlos.
Guitarras, voces, pailas, tarros, bronces, acordeón y batucada. Hubo de todo para el gusto de todos.
Estamos todos en la trampa llega justo en el momento que tiene que llegar, con una banda desbordante de alegría y energía, y a la vez, con la madurez de música y letra que se agradece.
Aguante el GUACHU carajo!!
A pantalla gigante en el Cine Arte Alameda, un recordado 28 de septiembre de 2007 se comienza a rodar por fin la historia oficial del GUACHU.
Fueron 8 años y 10 días de ensayos, pruebas, conocimiento y preparación para mostrar - a lo grande - su primera producción: ESTAMOS TODOS EN LA TRAMPA!.
El espacio se hizo chico. El calor de la gente se comenzaba a sentir ya desde los entornos del local escogido para la presentación. Minutos antes, los integrantes de la banda estaban ansiosos y tensos: cuánto tiempo esperaron por aquel día, cuánto tiempo esperamos todos por aquella noche!!
Rostros! y la locura se desató. La hinchada baila y canta. Salta! Los nervios desaparecieron dando paso a la euforia de todos quienes seguimos a Guachupé desde su comienzo.
Las luces iluminaban el escenario: instantaneas del pasado y el brillo del futuro. Potente puesta en escena. Veintidos temas que nos dejaron con gusto a poco, pero que sabemos que pueden ser mil más y nunca estaremos hartos de escucharlos.
Guitarras, voces, pailas, tarros, bronces, acordeón y batucada. Hubo de todo para el gusto de todos.
Estamos todos en la trampa llega justo en el momento que tiene que llegar, con una banda desbordante de alegría y energía, y a la vez, con la madurez de música y letra que se agradece.
Aguante el GUACHU carajo!!
